Ayer por la tarde en el curso de Gestión de grupos deportivos y habilidades directivas tocaba el tema de la cohesión grupal, un tema que me apasiona.
Al hablar del Efecto Ringelmann, así llamado por las investigaciones del ingeniero agrónomo francés Maximilienn Ringelmann para conocer las circunstancias en las que una persona podía rendir al máximo; no pude evitar pensar en la cantidad de situaciones en las que este efecto puede estar presente.
El experimento consistía en tirar de una cuerda individualmente, luego en un grupo de 7, y posteriormente aumentando el grupo a 14. Lo que se pudo observar con esta prueba es cómo el esfuerzo individual disminuía considerablemente a medida que se aumentaba el grupo. A este efecto se le conoce también como "holgazanería social" y Ringelmann lo achacó a la dificultad para coordinar un grupo y a la pérdida de motivación por la tarea.
Como coach son muchas las preguntas que me inquietan tras pensar en este efecto...
¿Qué podemos hacer para que en un grupo cada persona rinda al 100% independientemente del número que lo forma?
¿Qué tendría que pasar para que ese grupo formara un equipo?
¿Cuánto aumentaría la fuerza de un grupo en el que cada persona rinde al máximo?
¿Si se debe a la dificultad para coordinar el grupo, qué importancia tiene el "coordinador" de ese grupo?
¿Cuánto tiene que ver la pérdida de motivación con la acomodación y con no asumir la propia responsabilidad?
La vida, el deporte, la experiencia y el coaching me han enseñado que todo esto se puede trabajar y se puede conseguir y es por eso que creo en lo que hago y que estos días estoy haciendo con más ganas aún.
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